Por esas paradojas de la era Internet, los dispositivos se hacen cada vez más pequeños, los procesos se hacen cada vez más rápidos y el tiempo parece diluirse. Pese a que el día tiene las mismas 24 horas para todos… ¡nunca conseguimos tener tiempo para todo!
Ya hemos hablado de esto anteriormente: el tiempo es algo que no se puede acumular, detener ni acelerar. Es uno de los bienes más abundantes y al mismo tiempo más escasos en los tiempos modernos.
A pesar de la modernidad, las ideas acerca del uso del tiempo están impregnadas por los conceptos científicos y culturales de comienzos y hasta mediados del siglo XX. Por ejemplo, en la cultura occidental el tiempo debe ser empleado productivamente; se nos exige estar todo el tiempo activos, alertas y, últimamente, conectados.
Así, actividades placenteras como la contemplación o la meditación entran, irremediablemente, en la categoría de… ¡perder el tiempo! Desde el punto de vista laboral las exigencias se potencian y si no somos capaces de optimizar nuestro tiempo, nos veremos haciendo esfuerzos con un enorme desgaste y sin resultados visibles.
Las claves para un uso racional del tiempo son: la delegación y la organización. Si consigues delegar y organizarte habrás dado un gran paso hacia tu propio bienestar.
El uso del tiempo
En realidad, sabemos que el tiempo se puede administrar para sacarle el mayor partido pero el asunto es ¿cómo hacerlo?. Se trata de hacer un aprovechamiento integral, para aumentar la productividad sin que por ello se rompa el equilibrio entre vida laboral y vida familiar.
¡Y el correo electrónico se nos acumula, las Redes Sociales nos distraen y la lista de tareas por hacer no disminuye!.
Seguramente una correcta gestión del tiempo te permitirá trabajar más y mejor, con menos estrés y mayor productividad y disfrutar de lo que haces, mientras lo haces. Si aceptas mi ayuda y tomando las decisiones correctas, te puedo asegurar que al final del día o del año habrás tenido tiempo para todo.
¿Para qué quieres tiempo?
No todo en la vida es trabajo, y probablemente la falta de tiempo te lleve a replantearte los objetivos que realmente te propusiste al comenzar tu emprendimiento: mayor dedicación a tu pareja, familia, actividades preferidas o la comunidad, viajar, estudiar… ¡Cuántas veces habrás deseado regresar a casa sólo un par de horas antes, para encontrar a los niños despiertos y compartir con ellos unos minutos de juego antes de ir a dormir! O tal vez quieras el tiempo para tí, sin necesidad de dar explicaciones…
Cómo puedo ayudarte a tener tiempo
Como te dije, los elementos centrales en la gestión del tiempo son: la organización y la delegación.
Te habrá sucedido más de una vez que llegas al final del día, cansado después de haber hecho muchas cosas pero te preguntas por qué has logrado tan poco, de cara a los objetivos que te has planteado.
Para subsanar esto, necesitas saber exactamente dónde has pasado la mayor parte del tiempo e identificar cuáles son las áreas de tu actividad que te llevan mucho tiempo e implementar mejoras en ese sentido.
Estas mejoras pueden ser, sencillamente, delegar ciertas tareas en alguien que pueda hacer el trabajo, sin distracciones y con mayor efectividad. De hecho, si no puedes delegar, ten por seguro que difícilmente podrás alcanzar todos los objetivos que te has propuesto.
Muchas veces, el proceso de delegación falla porque el emprendedor desconfía de la capacidad de su Asistente de hacer las cosas, no explica bien las tareas o no formula claramente los objetivos.
Si contratas mis servicios como VA evitaremos estas dificultades ya que soy una profesional con experiencia y soy capaz de ponerme rápidamente “la camiseta” de tu organización para conformar un verdadero equipo de trabajo contigo. De esta manera podrás concentrarte en lo más importante de tu negocio, desarrollar tu creatividad y disponer de tiempo libre para hacer las cosas que más te gustan.