Los resultados de un emprendimiento (cualquiera que sea) no se ven de inmediato, eso está claro… Por eso, una de las claves para el éxito de cualquier emprendedor es cómo mantenerse motivado a lo largo del tiempo, sobre todo si emprendes como lo hice yo: en solitario, desde tu casa, sin nadie que te de las pautas a seguir.
Si estás en la misma situación, sabes que el hecho de que tu negocio salga adelante o no, depende únicamente de ti mismo, de tu motivación y de tu disciplina.
Estamos en una montaña rusa
En los tiempos que corren, todos tenemos cada vez más dificultades para mantenernos motivados a largo plazo; nuestro ánimo sube y baja como si estuviéramos en una montaña rusa.
Vemos como algunos objetivos que se van cumpliendo en el corto plazo y eso nos entusiasma y nos da la sensación de estar siendo muy productivos, pero yo creo que lo principal es poder mantener la motivación en el largo plazo.
Esos primeros resultados no están mal, de acuerdo, pero son simples pasos hacia un objetivo más grande, hacia una visión global del negocio o de lo que has identificado como tu propósito en la vida.
Hay que tratar de que esa visión integral de los resultados a obtener, sea amplia e inspiradora, que sea algo que te entusiasme mucho, porque ésta es la mejor forma de mantenerse motivado por largo tiempo.
El asunto es que si no tienes un verdadero compromiso con esa visión global, cualquier técnica o táctica que emplees para la auto motivación va a ser inútil…
Pero, claro, podrás decirme que no todos los días tenemos el mismo estado de ánimo y las mismas gana y se hace difícil llevar a acabo nuestras tareas cotidianas, si además, nos tenemos que centrar en no perder de vista los objetivos a largo plazo.
¿Cuál es el problema entonces?
La mayoría de las veces el problema al que nos enfrentamos es la propia tarea que debemos realizar, porque es algo que no nos gusta, o nos resulta complicado o simplemente porque no tenemos ganas de hacerlo.
En ese caso, de nada sirve procrastinar (recuerda que eres un emprendedor en solitario y hay ciertas cosas que si no las haces tu, nadie más va a hacerlas)
Entonces, ¿cómo obtener, cuando comenzamos con nuestro emprendimiento, esa dosis diaria de motivación que nos permita continuar sin decaer?
Una dosis diaria
A continuación, te voy a dar unas pocas recomendaciones que me funcionan de maravilla en el día a día de mi negocio de Asistencia Virtual.
- Hago primero todo lo que es más sencillo y rápido de realizar, porque tacharlo de mi lista de acciones pendientes me da mucho entusiasmo y tengo claro que, aunque no sean tareas muy importantes, si están en mi lista es porque son pequeños avances hacia un objetivo más grande.
- Cuando estoy trabajando en un proyecto muy grande, divido el trabajo en pequeñas tareas, para que no me parezca tan agobiante. Quizás escribir un artículo de 1.500 palabras o un informe puede resultar intimidante pero ¿qué tal escribir tan solo el primer párrafo, o la introducción?. La mayoría de las veces encuentro que, una vez que he escrito unas pocas líneas, la inercia hace que escriba un poco más y otro poquito y, cuando quiero darme cuenta, he terminado la tarea.
- No me lo pienso demasiado: hay días en que todo me parece igualmente pesado de hacer. Entonces, simplemente elijo alguna de las tareas que tengo por delante y comienzo a trabajar en ella. De todos modos, tendré que realizarla más tarde o más temprano, así que no me lo pienso demasiado y pongo manos a la obra. ¡Es sorprendente la cantidad de cosas que adelanto con esta táctica!
- Me doy pequeñas recompensas o gratificaciones. Cuando termino cualquier tarea o veo que estoy logrando avances en el trabajo que estoy haciendo, me doy un ratito de recreo haciendo algo que me guste y que me relaje. Por lo general, una caminata por el paseo marítimo de Marbella me da energía y fuerza…
Éstas son las cosas que yo practico a diario, cada uno debe encontrar su propia fórmula…
También es cierto (y debo decirlo) que soy una apasionada de lo que hago y que, la mayoría de los días, toda resistencia desaparece una vez que he dado el primer paso y me he puesto a trabajar.
En resumidas cuentas:
A diario, te encuentras con tareas que no te apetece nada hacer pero para llevarlas a cabo, es fundamental que tengas claro que obedecen a un objetivo más grande hacia el que te diriges.
Si lo piensas de esta manera, encontrarás la motivación necesaria para hacer esas tareas menos agradables.
Y si aún no es suficiente…
Si aún así te resulta difícil auto motivarte, hay algo que funciona bastante bien y es comprometerte públicamente con los demás. Comparte tus ideas y proyectos con tu familia, con tus amigos, con tus compañeros de trabajo, o con tu comunidad online a través de Redes Sociales, para que sean ellos los te refuercen, te apoyen y te “exijan” el cumplimiento de los objetivos que les has presentado.
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