Si crees que ha llegado el momento de delegar algunas tareas y estás evaluando la posibilidad de contratar a una Asistente Virtual, tenemos que hablar acerca de la importancia de que contrates a alguien que cuente con una certificación.
Éste, en mi opinión, es uno de los aspectos fundamentales que debes tener en cuenta cuando estés buscando a la VA que mejor se adapte a los requerimientos de tu actividad y a tu propia personalidad.
¿Por qué es importante este punto? Porque la certificación es como una garantía de que la Asistente Virtual realizará sus tareas con seriedad y con el adecuado nivel humano y técnico.
Hay muchas Asistentes Virtuales (cada vez más) pero es importante que centres tu visión en aquellas que han realizado una correcta capacitación para su desempeño profesional y que han obtenido el correspondiente certificado.
Cuando tenemos un producto físico es necesario evaluarlo para determinar sus características, su calidad, su finalidad y es necesario obtener, luego de esa evaluación, un “certificado de calidad” ¿verdad?
En el caso de un servicio profesional como la Asistencia Virtual, es lo mismo: se debe obtener previamente un certificado que avale las competencias profesionales de quien se dedica a esto.
Desde que existe la Asistencia Virtual como actividad profesional a nivel mundial, hay ciertos estándares éticos y técnicos que se han ido desarrollando y que son los que se evalúan para asegurar que una Asistente Virtual pueda brindar un excelente servicio a sus clientes, desde todo punto de vista.
Hay muchas personas que creen que por tener un ordenador, una conexión a Internet y alguna experiencia como secretaria presencial, con eso ya es suficiente para convertirse en una Asistente Virtual.
Eso está bastante alejado de la realidad, porque ser una Asistente Virtual profesional implica una capacitación específica.
En mi caso, realicé mi capacitación y me certifiqué con Bureau Red, la primera (y por muchos años la única) empresa en América Latina en brindar el curso de Asistencia Virtual en idioma español.
A través de esa capacitación, adquirí las herramientas necesarias para desarrollar mi propio emprendimiento dentro de la Asistencia Virtual y como resultado de la evaluación de ese proceso, obtuve el certificado que avala que cumplo con esos estándares éticos, técnicos y de excelencia de los que te hablaba.
No obstante, mi capacitación no ha terminado ahí porque además de lo que aprendo día a día en la práctica de mi profesión y a través de la lectura o la investigación en Internet, sigo realizando todas las acciones formativas que considero relevantes para la mejora de mi emprendimiento.
Sin ir más lejos, hace unos días participé de la 2da. Edición del curso Emprender en la Nube, en el que cuatro prestigiosos expertos en diversas áreas hablaron sobre temas tan interesantes como la productividad personal, innovación y modelos de negocios, marca personal, marketing y ventas por Internet, gestión de recursos económicos y financieros… en fin, todos temas que me interesan enormemente y que contribuyen a mantenerme actualizada en temas de negocios.
Con esto quiero decirte que una Asistente Virtual tiene que ser una persona de mente abierta, que sienta verdadera pasión por lo que hace y que, a través de una continua capacitación, sea capaz de convertirse en una aliada estratégica para el desarrollo de tu propio negocio.
En esta época que vivimos, se maneja mucha información y para que cualquier emprendedor transite exitosamente por este camino de evolución no basta con iniciativa y ganas: se hace necesario, cada vez más, adquirir nuevos conocimientos para desempeñarse adecuadamente cada una de las áreas inherentes a un negocio.
Y si vas a contratar a alguien para que te ayude con ciertas tareas, además de considerar su idoneidad y profesionalismo, trata de que sea una persona esté alineada contigo en la manera de enfocar el mundo de los negocios y que te aporte valor en el día a día.
Si te ha gustado el artículo, por favor, utiliza los botones a continuación para compartirlo: